
El estado emprendedor es un libro que navega contra corriente al afirmar que no ha sido el sector privado, sino el estado el principal impulsor del desarrollo tecnológico mundial. Mariana Mazzucato es una reconocida economista italo americana directora del departamento de innovación de la University College London, considerada en 2013 una de las tres pensadoras de innovación más importante del mundo. Ha dedicado parte importante de su vida profesional a realizar investigaciones y estudios para el banco mundial; y fue en ese contexto en el que se insertó en el mundo de la innovación tecnológica, desarrollos, prototipos, capitales de riesgo, fracasos y éxitos propios de la innovación.
Para afirmar algo que se entiende contra natura, se requiere valentía, seriedad y evidencia. Es lo que Mariana logra en este libro. Su análisis no sólo es keynesiano, sino también schumpeteriano al decir de Carlota Perez, ya que nos afirma que el estado no debe limitarse a intervenciones macroeconómicas para solucionar fallas de mercado o a financiar pasivamente la I +D pública, sino que debe actuar como un actor con capacidad creativa y comercial. Un estado innovador que sea capaz de advertir la necesidad de innovar para dar solución a sus problemas o los del mundo. Ejemplos como el de Japón y Corea del sur en los 80 con desarrollos tecnológicos para enfrentar desastres naturales, Alemania y Dinamarca en sus desarrollos de energías limpias, o estados unidos con sus creaciones militares que van desde Internet, las pantallas táctiles o nuestra amiga Siri. Todos creados a partir de decisiones políticas y con financiamiento público.
Pero el rol del estado no se detiene ahí. Mazzucato nos señala que el estado debe también crear un ecosistema normativo y financiero que actué como motor incentivador del desarrollo de estrategias de aplicación masiva de estas creaciones, apoyando incluso la financiación de las primeras etapas de sus proyectos a través de programas estatales. Mazzucato parte del supuesto que las empresas no pueden aportar todo su capital al riesgo del fracaso que implican innovaciones o creaciones inciertas. De hecho, sentencia, que los inversores privados son cada día mas cortoplacistas y dependen cada vez mas en mayor medida de los laboratorios gubernamentales que se responsabilizan de las etapas mas arriesgadas de la cadena de innovación, antes de que el sector privado comprometa sus propios fondos.
La autora demuestra con evidencia como el capital de riesgo ha dependido de los gobiernos para la investigación mas cara e incierta. Ejemplifica con fracasos como Solyndra en la administración Obama o el Concorde francés y la fortaleza de las convicciones de la política para que -a pesar de los fracasos- mantenga la decisión estratégica de seguir invirtiendo en innovación con fondos públicos.
Este libro aparece en un momento crucial para la economía de los países en desarrollo. Una etapa donde los gobernantes deben decidir entre repetir los modelos productivos de fines del siglo XX o comprender que la tecnología puede significar la forma de aparejar desarrollo, crecimiento y bienestar social. El mundo ya no es lo mismo y los tomadores de decisiones tampoco pueden pretenderlo, por ello es que este libro puede servir de herramienta para desideologizar un debate, elevar la discusión a niveles estratégicos y adoptar decisiones quizás no tan populares, pero esenciales para el desarrollo de nuestros países.
¡¡Se los súper recomiendo!!
Libro disponible en Apple Books: https://books.apple.com/cl/book/el-estado-emprendedor/id1452150970