La emergencia sanitaria ha golpeado fuertemente al ámbito educativo, obligando a docentes e instituciones educativas a implementar nuevos formatos para continuar con el currículo escolar. La encuesta “Radiografía de Aprendizaje Remoto en Chile”, que realizamos en Tu Clase, Tu País, indagó en los principales desafíos de la educación en el contexto de la crisis sanitaria, especialmente interesados en escuchar la voz de los propios profesores.
La encuesta, que respondieron 6.687 docentes y educadores de educación básica y media de establecimientos privados, particulares subvencionados y públicos a lo largo de todo Chile, encontró que aunque sobre el 97% de los docentes declaró tener conectividad a Internet, y el 90% informó que estaba desarrollando algún tipo de educación remota, más de 87% de ellos reconoció no tener ninguna experiencia previa en educación virtual antes de la emergencia. Estos datos revelan la urgencia de apoyar a los profesores que han enfrentado con compromiso y a veces hasta con heroísmo la emergencia, pero que no necesariamente contaban con la preparación para hacerlo.
Consultados respecto del impacto de la pandemia en los procesos educativos, aunque un 58,6% de los docentes opina que, a raíz de la pandemia, este 2020 será un año académico con menores aprendizajes para los estudiantes, sólo el 6,3% consideró que será un año escolar perdido. Incluso, casi el 30% de ellos cree que este será “un año con mucho aprendizaje, aunque diferente a lo tradicional”. Es notable que los profesores, pese a la adversidad, se muestran relativamente optimistas respecto del aprendizaje y es interesante que ese optimismo sea más grande en profesores mayores de 44 años, que en aquellos más jóvenes, y mayor en las mujeres que en los hombres.
La desigualdad de nuestra sociedad se refleja en las condiciones de trabajo que reportan los profesores. La mitad de ellos indican que sus alumnos no cuentan con la implementación necesaria para seguir con su educación de manera online, un dispositivo con acceso a internet, lo que dificulta aún más la labor de los docentes y de los estudiantes. Sin embargo, cuando se profundiza en dónde están esos estudiantes que, según sus docentes, no cuentan con el equipamiento, el 99% corresponde a docentes que trabajan en el sistema público o particular subvencionado.
Respecto de las plataformas que están implementando los profesores para poder enviar tareas y hacer las clases, poco más de 7% asegura estar usando los portales del MINEDUC, un 35,9% utiliza redes sociales para distribuir material educativo, y un 37,6% comenzaron a utilizar plataformas gratuitas como Google Classroom, MS Teams o Edmodo, entre otras para enseñar. Sólo un 4% declaró utilizar plataformas de aprendizaje más completas (como PAR o Canvas), y de los que las usan, el 76% se concentran en establecimientos particulares subvencionados y privados.
Esto último es complicado porque los datos muestran que la emergencia está generando otra desigualdad. Mientras los establecimientos municipales mayoritariamente utilizan el portal del MINEDUC y redes sociales abiertas, no diseñadas para apoyar procesos educativos, los colegios privados y particular-subvencionados acceden a plataformas de aprendizaje, otorgando una mucho mejor calidad a la experiencia de aprendizaje remoto. Aquí hay un desafío real y urgente para la política pública, cuya primera preocupación debió ser (y aún ahora debiera) asegurar que todos los docentes y estudiantes, independientemente de la geografía y la dependencia de su establecimiento, contarán con los recursos necesarios para mantener el proceso educativo vivo.
Todos quisiéramos que las escuelas vuelvan a clases, pero eso no significa que debieran hacerlo, mientras las condiciones sanitarias se mantengan con alto riesgo de contagio, y esto nos acompañará aún por varios meses. Aunque retrasados, todavía estamos a tiempo de que las autoridades avancen más decididamente en la reponsabilidad de apoyar la educación escolar en tiempos de coronavirus, para honrar nuestra promesa de poner a los niños primero.