Siempre he sabido que la política es una actividad difícil. Requiere de la capacidad de despertar y representar sueños y promesas, explicar esperas y postergaciones y no perder de vista los desafíos electorales. Al fin y al cabo, para hacer política de verdad se requiere del respaldo ciudadano medido en elecciones. De alguna manera, hacer política es un ejercicio permanente de cuadrar el círculo.
Pocas veces tanto como hoy.
El apetito transformador del estallido social se ha enfrentado a esta verdadera trituradora de expectativas en que se ha convertido la pandemia del Covid19. El debate por una nueva constitución ha quedado reducido, a ratos, a una pregunta práctica por la viabilidad sanitaria de llevar a cabo un plebiscito en octubre.
El anhelo de dar vida en el corto plazo a un estado de garantías sociales colisiona hoy con la destrucción de miles de fuentes de trabajo que amenazan con convertir la lucha pura y dura contra la pobreza en uno de nuestros desafíos mayores.
El objetivo de elevar significativamente nuestros estándares ambientales parece a ratos académico, cuando se piensa en la magnitud de la inversión que será necesaria para recuperar la economía y el bienestar de las personas.
El choque brutal entre la energía desplegada colectivamente a partir del 18 de octubre de 2019 y la resaca en curso de la pandemia, se ve agravado por la debilidad del gobierno, la fragmentación y desorientación de la oposición y un sinnúmero de debates que sólo contribuyen a continuar distanciando al mundo político de la ciudadanía.
Pero es de esto precisamente que se trata la cuadratura del círculo a que está llamada la política: Conciliar expectativas con posibilidades, establecer puentes entre opciones que parecen irreconciliables, capitalizar el conocimiento experto para abrir horizontes que en un momento determinado parecen cerrados. Y como no, si la política es la actividad propia de mujeres y hombres libres, iguales en dignidad, llamados a hacerse cargo de un destino común. La tarea de nuestros representantes, por cierto, pero muy especialmente la nuestra como ciudadanos.
Es aquí donde nos jugamos la vida y el bienestar real de todos.
En esta tarea, en la cuadratura de este círculo porfiado que es nuestra convivencia, ¿con qué te pones tu que estás leyendo estas líneas”
*REFERENCIA DE LA IMÁGEN: Antoni Tapies (1923-2012) pintor y creador catalán.